Sigamos hablando de Fuego y Deseo.
Fuego tal como os conté aquí, es la fuerza vital
Deseo es la Voz de esa Fuerza, la voz que pide manifestación para llevarme al Placer.
LO QUE ME DA PLACER; LO QUE ME HACE DISFRUTAR.
¡LO QUE ME HACE DISFRUTAR!
Si tengo deseo entonces puedo usar el impulso vital, la fuerza, la energía para llegar hasta mi lugar anhelado y sentir PLACER.
No es poco ¿eh?
La forma más natural de habilitar ese DESEO es a través de la VOZ, aunque también lo habilitamos en el campo del pensamiento y las ideas.
La voz que nos permite decir, expresar, hablar, comunicar, poner en blanco aquello que anhelamos, que tanto deseamos. Nos permite MANIFESTAR.
Al comunicar ocurre algo mágico: se rompen las posibilidades de violencia: el otro tiene la posibilidad de escucharme y recibirme, y mucho más importante, YO PUEDO ESCUCHARME, puedo ordenar lo que estoy sintiendo en palabras.
¿Y porque hablamos de violencia?
Este fuego hermoso que tenemos, esta energía que ha estado históricamente habilitada o no en nuestra familia.
Es impulso, fuerza que se mueve por nuestro sistema y que podemos utilizar para tantas cosas: para avanzar, para caminar, hacer ejercicio, para desarrollar nuestros proyectos, para conquistar, para cubrir nuestro cuerpo de placer. Fuego.
Si esa energía no tiene salida, si no encuentra un canal para salir, se siente encierro, se piensa encierro, se piensa cárcel, se siente cárcel.
Cuando El Fuego no es Manifestado y cuando tampoco es Materializado nuestra mente interpreta ese cierre, y puede activar emociones muy dolorosas, además de las más incómodas como la rabia y al frustración y desde allí ir a acciones no sólo incómodas sino en algunos casos destructivas.
De ahi que sepamos que el Fuego encerrado es destructivo. Es nuestra propia emoción que aprovecha la fuerza del Canal de Fuego para manifestarse quién daña y nos hace daño.
Hemos automatizado la forma en que cerramos paso al Fuego y también la forma en que lo descargamos hacia afuera sin consciencia.
Muchos circuitos neuronales se han establecido al percibir la realidad en la que nos criamos y donde hemos interactuado no solo en la infancia sino a lo largo de la vida. Esos circuitos automáticos activan emociones también en automático. Es más muchas de nuestras células han recibido durante años el cóctel de moléculas que se activan en este sistema, así que en nuestro cuerpo también tenemos impronta y hábito de ese cierre o de desborde.
Y el Fuego no se apaga, sigue vivo dentro nuestro cuerpo, mientras la llama del Espíritu esté activa en nuestro corazón. Es nuestro sistema habitual mente-emoción-acción quien interfiere en su camino.
Algunas de esas formas automáticas de utilizar el Fuego incluyen:
Que la fuerza vital de nuestro Fuego y deseo termine liberándose en forma de Violencia Activa: Por ejemplo podemos transformarnos en una olla a presión. Personas que históricamente tienen registro de su Fuego, aunque no pueden organizar completamente sus deseos y comienzan desde muy temprano con un patrón de contención y descarga.
Fuego encerrado, aguantando, aguantando hasta explotar cada día, cada semana, cada mes o cuando toque.
Abrir territorios de conflictos, de luchas incluso las luchas por ideales que a priori son necesarios para mejorar nuestra realidad.
Abrir territorios de conflicto no sólo hacia afuera, sino sobre todo hacia adentro.
Luchas contra la figura materna, contra la figura paterna, rebeldías infantiles ancladas en la mente de un/a niño/a que sigue activando el mismo campo emocional y las mismas reacciones por no saber qué ahora es un adulto que puede sostenerse y darle lugar a sus deseos.
Que la fuerza vital de nuestro Fuego y deseo termine en formas de Violencia Invisible: Y aquí tenemos varias posibilidades.
Una de ellas es la coraza victimizada. Puede que algunas personas sientan que no tienen fuerza y vivan conectadas a sus lugares de sufrimiento y estén acostumbradas a obtener atención y muchas otras cosas a través de sus desgracias.
Muchos de nosotros hemos tenido madres o padres sufridores, que se han victimizado y han dejado poco espacio para la manifestación de nuestros deseos. Se han deprimido cuando nosotros hacíamos algo diferente de lo que ellas tenían pensado para nosotras, por poner sólo un ejemplo. Nuestra mente ha percibido, y ha aprendido.
Este fuego encerrado puede manipular, mentir, someter, vampirizar, moverse por territorios sigilosos muy violentos y parecer desvitalizado (recalco parecer, porque es que de verdad parece y se siente sin energía).
Hay un enorme caudal de fuego en estas personas tapado con una enorme cantidad de emoción pesada, densa.Conviene empezar a utilizar esta energía a favor de lo que se desea de manera abierta. Y es tooodo un camino.
Un fuego encerrado durante años puede dejar de ser consciente completamente.
Es más, muchos de nosotros en pleno procesos terapéuticos no entendemos por qué nuestros hijos están tan enojados si nosotros no tenemos rastros de enojo.
Y es que el fuego se ha quedado tan profundamente guardado que ni lo recordamos.
En algunos casos puede transformarse en una fuente de enfermedad. Cualquier proceso de contención de energía nos lleva directamente al desorden de las moléculas, de las células. Somos energía, somos movimiento.
Si detenemos el flujo vital y lo encerramos, nos enfermamos.
Los patrones de lucha están profundamente relacionados con las enfermedades del sistema inmune incluyendo autoinmunidad, infecciones y cáncer.
La tiroides en acción es un poderoso escudo para la lucha que termina activándose y reactivándose ante ningún rival conocido, conserva un patrón antiguo de Fuego.
Ahora, el deseo es el lugar al que yo quiero llevar el fuego.
Y para ello la manera más sana, menos violenta es la de usar la PROPIA VOZ.
La voz, la comunicación, hablar, pedir, expresar.
Qué maravillosa herramienta nos ha dado el universo para poder COMUNICAR lo que deseamos y por tanto llevar nuestro fuego allí donde nos de placer.
COMUNICAR tranquilamente:
quiero bailar, quiero cantar, quiero trabajar, no quiero quedarme en casa más tiempo, quiero quedarme en casa con los niños, quiero tener nuevos amigos, quiero viajar, quiero mudarme, quiero cortar este vínculo, no quiero salir hoy con estas personas, no quiero ver a mi suegra, quiero tener sexo, no quiero tener sexo.
Quiero, No Quiero, Quiero, No Quiero.
ASI DE SIMPLE.
Eso que hacen los niños a partir de los dos años y que tanto nos molesta a los adultos.
Quiero, No Quiero, Quiero, No Quiero.
Esa es la manera no violenta de colocar MI FUEGO a favor de MI DESEO.
Y ahí viene el asunto. ¿Por qué no puedo? ¿Siento/pienso que no me dejan? ¿quién no me deja? ¿Es verdad? ¿He dicho alguna vez lo que deseo? ¿qué ha pasado?
Conocernos es una urgencia.
Es cuestión de nuestra salud mental-emocional y la de la familia. Es cuestión de nuestra salud física. Y es una cuestión de DISFRUTE.
Es un día levantarnos por la mañana y sentenciar:
«NO PUEDO VIVIR UN MINUTO MÁS SIN DISFRUTAR»
Aquí los acompaño en la búsqueda de su fuego, de su deseo y en la salida de la voz para comunicarlo.
Con amor
Andrea Diaz Alderete
Consciencia Madre
(REVISADO Y ACTUALIZADO 22 de Junio 2022)
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