Sexo y Maternidad

 

 

 

En estos días he tenido muchas revelaciones sobre la maternidad y el sexo.
El sexo adulto de las mujeres.

Hace unos cuantos años ya cuando comenzaba mi formación como acompañante de la vida de las mujeres, una idea caló en mi.
La idea de que las madres desconectamos de la libido adulta con el nacimiento del niño.
La sexualidad asciende (he leído por allí) hacia la teta.
Eso encajó con mis sensaciones vitales de aquel entonces con un bebé en brazos y casi sin energía para disponerme a otras actividades sexuales con mi hombre.

También lo fui corroborando en los círculos de madres que organizaba y en la tribu que me acompañaba en ese momento y por eso fui dando por válida aquella realidad.

Un buen día llegó a la consulta una mujer que me habló de su sexualidad disfrutada y abierta en el puerperio.
De que su libido no había disminuido sino aumentado y podía cuidar sexualmente de sus necesidades como mujer sin dejar de atender la lactancia y el cuerpo de su hija.
Me sorprendió pero también observé su historia de mujer conectada con su útero, con su sangre, guiando círculos de mujeres atendiendo su cuerpo.
Entonces algo de ese paradigma de que la libido muere en el puerperio comenzó a quebrarse en mí (¡cómo amo cuando esto pasa!).

Con el tiempo otras mujeres fueron mostrándome esa realidad y yo misma comencé un profundo viaje a contactar con mi propia libido perdida.
Comencé a tomar un contacto profundo con mi útero y sus ritmos.
A escucharlo.
A recoger mi sangre  abundante y dolorosa y brindarla a la Madre Tierra para que la reconociese.
A sintonizar mi agua con los ciclos de la Luna.
¡Comencé a bailar!

Recuperar el contacto con mi pelvis moviéndose me puso rápidamente en otro plano…
Teteaba a mi hija que entonces ya tenía su peso y la llevaba encima de mis pechos y de mi cuerpo.
Pero mi pelvis despertaba, el útero comenzaba a recuperar su latido y el disfrute comenzó a hacerse presente.

Han pasado unos cuantos años de comenzar esta exploración.
Observo claramente como lo que es real para un grupo de mujeres en determinadas circunstancias comienza a ser organizado en un paradigma que nos encarcela y nos aleja de nosotras.

En el nuevo paradigma de la crianza respetuosa (que se está quedando antiguo ya)

Hemos puesto el cuerpo en función del sacrificio, el SACRO FACERE.

En el «hacer algo Sagrado» como es nutrir y cuidar de nuestros hijos

Hemos encerrado nuestros miedos a no ser suficientes, a no ser buenas, a hacerlo mal, a convertirnos en nuestras madres y hemos puesto el cuerpo (el sacro) a cargar con nosotras, nuestra experiencia y nuestras crías.

Y hemos terminado destrozadas.

Sin cuerpo.

Sin ganas.

¡Y sin sexo!!

 

Cómo amo esta energía que me habita y que no se conforma con lo que YA SABE o con lo que es una supuesta VERDAD y se anima a explorarlo y a vivirlo en su propia piel.

Con cada movimiento de mi cuerpo, con cada paso de la luz a mi materia, con cada dia, con cada noche bailando y moviéndo el caldero, fui  recuperando a la salvaje que siempre me ha habitado pero que jamás había conocido.

No conocía yo esta mujer que soy antes del nacimiento de mi hija porque no tenía consciencia del rugido de mi útero.
Y tampoco conocía yo a esta mujer después de su nacimiento por elegir cargarla en lugar de disfrutarla.

 

Unir las tetas al útero.
Romper con la tan arraigada creencia de que hemos de ser madres o mujeres deseantes, una de dos
Y dejar que emerja la realidad que si somos.
La mujer que nos habita.
La auténtica.

Madres y mujeres deseantes.
Podemos ser ambas.
Pruébalo.
Es sabroso para nosotras.
Para nuestro/a compañero/a sexual que se encuentra con el universo desconocido de lo que Somos.
Y para nuestras/os hijas/os que crecen con una madre conectada con el disfrute
Y sin lazos que le aten al agradecimiento por nuestro sacrificio.

 

Vuelve a tu sacro al SACRO FACERE.

A hacer algo Sagrado por ti.

Y por los tuyos.

 

Gracias a Vanessa @essaredsoul por nuestras largas y profundas charlas acerca del Sacro y de la preciosa función de nuestra columna para sostenernos.

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Hoy leo este escrito dos años y medio después de haberlo publicado.

En enero de este año impulsada por una fuerza misteriosa (mi propio latido), he creado una Comunidad de Movimiento Consciente  para mujeres donde he podido confirmar lo que ya había vivido en mi propio cuerpo:

Volver a habitarnos, mover nuestra cadera y permitir que el Fuego se encienda es la manera más sencilla de volver a Ser Deseantes, seamos madres o no, tengamos 30 o 70 años.

Bienvenidas al Fuego de la Vida, que no sólo vive el placer en el encuentro sexual, sino en cada una de sus creaciones y proyectos materializados.

 

 

Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
15 de Enero 2020 Revisado y actualizado 25 de Junio 2022

 

 

 

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Foto: Abriendo el Universo de mi propio cuerpo en Febrero de 2017, después de Bailar hasta las lágrimas, hasta las risas, hasta el disfrute máximo en uno de los muchos talleres y clases de 5 Ritmos que he tomado a lo largo de estos años.
@consciencia_madre

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