En estos días me encontré con una persona muy crítica.
Una forma de crítica solapada como cuando te dicen las cosas pero sin decírtelas.
Son como puñales que van apareciendo en cada frase.
Me acordé de mi escrito que justo estos días cumple dos años.
De mi escrito de mis propias palabras armas.
De lo violento que es usar la voz para herir al otro.
En esa divagación estaba
Buscando el QUÉ me traía está situación
El POR QUÉ me veo escuchando y sintiendo esa violencia.
A qué lugar mío le pertenece.
Cuando me acordé que mis palabras son armas defensivas.
Que aparecen cuando me siento atacada.
Cuando mi mente infantil piensa que soy niña y desamparada.
Cuando creo que si no me defiendo muero.
Cuando me identifico con lo que me dicen y tengo que salir a defenderme de ello.
Ha sido precioso verlo.
Porque de inmediato he pensado
¿En qué lugar hiero a esta persona con mis acciones?
¿Qué lugar mío la activa?
¿Será que la violento sin apenas darme cuenta?
O ¿simplemente me muestra que todavía mis palabras son armas
Y que solapada mi crítica y juicio aparecen y duelen en el cuerpo del otro?
El espejo siempre es perfecto.
Una parte tuya.
Una parte mía.
Hoy me hago cargo de la mía.
O al menos lo intento.
Lo que no puedo es hacerme cargo de la del otro.
Pero creo que con ver mi parte ya mucho mejorará.
Puedo intentar comprender dónde hiero.
O por qué duele.
Y bajar la intensidad.
O simplemente reconocer que ese lugar del otro aún herido no puede recibir de otra manera lo que hago o digo.
Y que me tocará entonces encontrar otra forma de comunicarme.
O retirarme.
Pero no retirarme airada.
Simplemente retirarme a seguir tejiendo, como la araña, una nueva posibilidad.
Un nuevo trozo de tela desconocido aún por mi.
Donde ser más blanda y femenina.
Menos crítica.
Menos incisiva.
Para no activar al otro.
O para ser un observador sin juicio ni exigencia cuando el otro se active.
Y cómo ahora voy comprendiendo que esa que usé durante años como un arma, no es más que mi propia y poderosa Fuerza de Voz y Pensamiento que no necesita lucha, puesto que no hay enemigos
Simplemente la pongo al Servicio de mi vida y de mis más profundos deseos.
La pongo al Servicio de mi Corazón que es el que siempre sabe el camino.
Si estás en búsqueda de aligerar los juicios, de deponer las armas para empezar a integrar tu energía Aire, valiosa y preciosa
Escríbeme
Con Amor y Certeza
Puedo acompañarte.
En medio de mis divagaciones tiré una Carta de la Medicina de los Animales que tan bien me guían siempre y salió la Araña. Teje, teje y sólo teje en femenino la confianza. En qué lugar el tejido se ha resquebrajado por tu falta de confianza o Juicio?
Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
(Revisado y actualizado 19 de octubre 2022)
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