Hace un año de mi escrito de la zarzamora y sus espinas.
Lo pensaba estos días cuando paseando en el camino iba recogiendo sonriente las ricas y dulces moras.
Iba agradeciéndole a esta zarza espinosa todo lo que he aprendido de ella desde la contemplación de aquel día hace un año ya.
Cuánto me ha enseñado acerca de mis espinas que intentan protegerme.
De cuánto pinchan mis defensas
De cuánto de dulce es mi fruto.
Y ahora en este nuevo final de verano
Ya no he visto las espinas, o si las he visto apenas me he pinchado.
Ahora he visto el fruto dulce y jugoso
Y lo he ido recogiendo con amor
Prodigándole mi profundo agradecimiento por todo lo que la vida me nuestra de mi misma a cada paso.
He recogido las moras más maduras.
He aprendido que el fruto se desprende fácil y rápido en las ramitas que se han secado.
Esas son las moras dulces.
Son las que han recibido toda la nutrición de la madre y ya listas pueden entregarse al afuera.
¿Qué bello mensaje no?
Y con esas moras maduras he preparado una mermelada.
Con apenas azúcar porque el fruto ya lo tiene todo…
Y qué rico es el néctar de esta fruta perfecta…
La he envasado y la he guardado.
Será mi pócima de vulnerabilidad.
Para cuándo mis espinas quieran aparecer con fuerza a defenderme (de la nada)
Y solo necesite recordar que adentro, cuál algodón, se esconde mi parte más amorosa que ya no necesita una guerrera de lanza para su defensa sino más bien una guardiana de su esencia.
Gracias a la Madre Tierra por regalarme mi medicina en cada paso
Andrea Díaz Alderete
Imágenes: en mi recolección por la mañana fresca.
Mi merienda ritual del jueves con la mermelada de mi vulnerabilidad
@consciencia_madre
Otro artículo relacionado:
El dolor de Ser espina y No Ser Fruto
2 respuestas a «VOLVER A SER FRUTO DULCE»
-
-
[…] Otros artículos relacionados: El dolor de ser espina y no ser fruto Amar mis espinas Volver a ser fruto dulce Imagen: Mi Niña Fuego, Acuarela. Andrea Diaz Alderete Pintado en Mayo de 2016 cuando me […]
Deja un comentario