En el camino de la crianza consciente está el de poder ver cuándo nos estamos excediendo en nuestro nivel de exigencia.
De veras les digo que nos estamos exigiendo demasiado.
De veras deseo hoy mostrarles que la crianza es un lugar mucho más nutritivo cuando se disfruta de lo que SOMOS.
Hoy he estado con dos grandes mujeres, hermosas, amorosas, atentas, serviciales, que han acompañado y acompañan a sus hijos en todo lo que pueden y han podido.
Y sus hijos están de veras bien.
Pero aún así hay un pulso profundo de encontrar el lugar donde algo no funciona, donde algo no está perfecto, de buscar rápidamente una razón para martirizarnos, para estar fuera de nosotras.
Basta que nuestro hijo tenga un síntoma para que vayamos corriendo desesperadas a intentar encontrar una explicación.
¿Puedes simplemente estar presente en lo que te genera eso que está sucediendo?
Ese grito.
Ese golpe.
Esos mocos colgando.
Estar ahí.
¿Puedes observar el cúmulo de pensamientos que vienen, y que van tomando forma de emociones profundamente dolorosas?
¿Puedes ver que en cuanto PIENSAS que algo está realmente mal tu cuerpo responde?
Te invade la tristeza, te invade el miedo a no ser la madre que deseas, te invade el dolor por no llegar, te invade el enojo por no ser suficiente.
Son pensamientos tomando forma hermana (gracias Esmeralda), no es nada más que pensamiento.
Mírate, mantente presente en ese instante donde todo está pasando por tu cabeza.
Y simplemente decide hacia adonde quieres ir.
Si al circuito de autoexigencia, enojo, rabia, culpa y tristeza.
Si al circuito de victimización, culpa y tristeza.
Si al circuito de «me voy a hacer para no sentir».
¿A qué circuito te adhieres en ese momento?
¿A qué patrón que te hace sufrir y te castiga?
Puedes elegir un lugar mejor.
Sólo mira lo que está sucediendo.
Atiende las necesidades del aquí y ahora.
Abraza a ese hijo tuyo que no necesita que te flageles más.
Ámalo así ahora, como está, enojado, golpeando, mocoso, con ira, triste…como está.
Ámate así ahora como eres.
Ya has explorado todos los caminos para ser la madre respetuosa y consciente que tu mente te ha dicho que tienes que ser.
Ya te has hartado de obedecer tus propios mandatos.
Y eso te aleja cada vez mas de tu Yo auténtico y de tu hijo.
Ahora solo prueba con DEJAR DE PENSAR que no vales.
Que no lo logras.
Que deberías hacerlo mejor.
Que no puedes.
Prueba y ve construyendo un espacio seguro donde puedas ir a buscarte y a encontrarte con eso que ERES:
Un ser precioso que ha dado a luz a este otro ser que espera verte tal como eres.
Muéstrate lo que eres.
Reconoce la luz que llevas dentro.
Solo eso es verdad.
Lo demás es un cúmulo de pensamiento.
Te abrazo, me abrazo
Eres luz, soy luz.
Tu hijo lo sabe, mi hija lo sabe.
Andrea Diaz Alderete
Consciencia Madre
(De veras que muchas de vosotras estáis muy muy lejos de gritar, pegar un golpe, maltratar, chantajear, humillar…
De veras hay familias enteras que llevan sosteniendo la crianza con amor de sus hijos y que no dan mas, están reventados, extenuados, sobrepasados, agotados, hartos y no disfrutan, es una carga esta crianza.
Eso no puede ser así familias.
Tenemos que encontrar otras maneras.
Si no de verdad nuestros hijos se encuentran con madres y padres que cargan con ellos, con madres y padres que no disfrutan….
Podemos cambiarlo, vamos a hacerlo entre todos).
Todos los contenidos de esta publicación son propiedad intelectual de Andrea Diaz Alderete y Consciencia Madre. www.conscienciamadre.com
Me encanta inspirarte, sólo te pido que por respeto al amor y energía invertidos en este deseo materializado menciones su fuente.
Gracias