De creer que era aún una niña sin brújula.
Sin consciencia del centro que la sostiene.
De creer que el corazón seguía amurallado.
Que no tenía la poderosa raíz que emerge de los ventrículos
atravesándome al completo hasta penetrar la Tierra para alimentarse del Fuego más Sagrado.
El de la Madre.
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Pensaba yo que era débil.
Por seguir ciega a las tormentas que he atravesado.
A las veces que he vuelto a abrir mis compuertas para amar sin limites después de las heridas sangrantes.
A las veces que he respirado profundo para no gritar como cuando no sabía que la violencia también me acompañaba.
Pensaba yo que me iba a quebrar ante la presencia de la Oscuridad, de la mentira, de la manipulación.
Sin darme cuenta de que siempre he llevado en mi la información Sagrada de la Preservación.
Sin reconocer que adentro la Voz Sabia me devuelve a mi, a mí vida y a mirar sin remedio cada uno de mis pasos
Siendo Fortaleza.
Siendo barca que jamás se hunde en la tempestad.
Que a veces amenaza naufragar.
Pero que termina siendo Tierra en el Corazón, donde estoy a salvo.
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No te tengo miedo desde que descubrí que ni siquiera existe ese miedo.
Que era una emoción antigua, anclada en la mente infantil de niña pequeña, de niña inconsciente de su grandeza, de niña impotente ante el dolor.
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No te tengo miedo porque se apagó definitivamente ese trozo de mi que no se conocía.
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Que no reconocía mi valentía.Mi perseverancia y mi fuerza.En construir esta vida que Soy más allá de lo imposible.En no decaer en mis anhelos.En sostenerme más allá de cualquier tropiezo y transformarlo en escalón para mi salto al infinito.
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Entera, limpia y humana.
Amando
Y amada.
Libre y bendita.
No te tengo miedo.
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Andrea Díaz Alderete
Epílogo
Libre y bendita
27 de marzo 2021
@consciencia_madre
Ilustración: Sabiduría e Inocencia para Consciencia Madre de la Maravillosa Raquel Alías @astronartica.