Y habiéndome habitado por más de media vida, la sombra casi olvidada ha emergido con fuerzas hoy.
.
De nuevo las gafas puestas en mis ojos que solo pueden enfocar lo que veo feo en mi.
Mi vista dirigida a lo que desde niña no siento precioso, exquisito.
Y ¡qué tristeza he sentido!
.
Esta noche antes de dormir, con mi hija en brazos le contaba que de tanta tristeza no podíamos meditar.
Ella solo me abrazaba.
Yo sentía de veras que no podía, que se me había clavado una angustia antigua en el pecho y que de nuevo el pensamiento hartante de «soy demasiado imperfecta», «debería bajar de peso» » tendría que verme así o asa» me gatilló con fuerza adentro.
.
En esas estaba cuando dije:
«Creo que debería bajar de peso».
.
Mi hija medio dormida respondió:
¿y ya no vas a tener esta pancita?
¿Y no vas a ser más blanda?
Por favor mamá
Me encantas así.
.
Gracias a la vida por este Ser.
Por este pedazo de cielo en mis brazos.
Jamás me he sentido más amada en mi cuerpo.
Ningún hombre me ha venerado el pecho así.
Ningún cuerpo se ha acomodado a esta hoquedad que hace el mío.
.
Y cómo no voy a ser perfecta.
Simplemente soy así.
Así soy perfecta…
.
Y esta niña solo ve la perfección.
No tiene mis gafas antiguas y patriarcales de una crianza plagada de deformaciones sobre la belleza.
.
Y de nuevo ella me ha salvado de mi.
De mi crueldad.
De mi falta de amor hacia este templo que cada día me sigue sosteniendo.
.
¿Quién dijo que la blandura es fea?
Es blando el femenino
Es blando el pecho que alimenta y que se cae.
Es blando el cuerpo que es habitado
Es blando y redondo el útero que orgasmea sin permiso.
Es blanda la cara con la sonrisa disponible.
.
Blanda hoy hija
Recibo los 45
BLANDA
.
Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
Escrita el 28 de febrero 2019 casi en mi cumpleaños
Revisado y publicado 1 de Julio 2019
Imagen: Blandas a la orilla del Mediterráneo