YO Madre También soy Importante: Transformación Guiada por la Crianza

 
Anoche acurrucada con mi hija en la cama le contaba como ha estado mi energía en estos últimos días.
 
Le decía
-«Hija mia perdóname, pero no he vuelto del todo de Argentina.
Una parte mía se ha quedado allí atendiendo cosas que siento que son tan importantes.
Pero en ese lugar me he descuidado de decírtelo, de pedirte que me esperes un poquito»
Ella lo ha comprendido como todos los niños comprenden. Pero ha faltado mi presencia, incluso para contarle lo que me estaba ocurriendo. Y es que no he podido estar ni siquiera para darme cuenta de lo que Me sucedía.
 
 
Y en estos días, en algún momento me he rebelado contra esta crianza que pone al niño en el centro y me deja a mi tan afuera de mí.
Creanme que mis paradigmas se caen uno a uno, trayendo la certeza de que TODOS somos importantes.
De que no se puede atender el deseo del niño posponiendo los propios deseos.
Esta semana he acompañado a tres mujeres con sensaciones similares.
Y es que habiendo atravesado ya mil veces el umbral de la sombra, ya la luz sale por muchos lugares y no quiere taparse de nuevo.
 
 
Mi pregunta es cómo alquimizar NUESTROS deseos.
Los de los niños y los de los adultos.
 
Veo (de Ver con los ojos energéticos que cada vez tengo menos velados) el cordón que llevan los niños cargando con sus madres entregadas que no se hacen cargo de si mismas.
Lo veo en mi propia hija a veces.
 
¿Qué mensaje hemos de transmitir a nuestros hijos?
¿El de que pueden entregarse y disolverse en el deseo del otro (muy patriarcal por cierto)?
¿O que podemos intentar convivir en bienestar atendiendo todos los deseos?
 
Y ese lugar no es sencillo, yo se que ustedes que comparten conmigo hace muchos años, que han hecho mil recorridos espirales saben que no es sencillo.
Porque de la fusión exquisita nos vamos a la expulsión para atendernos, y de ahí nos trae la desesperación de no haber estado y nos entregamos de nuevo.
Ese baile es natural para las adultas que somos que estamos aprendiendo. Porque es un BAILE MENTAL.
 
Somos Mujeres
Somos Madres
Somos Sexuales
Somos Deseantes
Somos Todo
 
Y esa belleza es vital para que nuestros hijos aprendan de su propia belleza.
 
No acompaño al sacrificio.
No acompaño a la autoflagelación.
No acompaño a la culpa.
No acompaño a la entrega disolutiva en el hijo que crea un cordón de carga que lo ata.
No acompaño a la expulsión dejando desamparados a los hijos.
No acompaño al egocentrismo de YO YO YO y YO.
 
Intento acompañar al Centro.
Al Centro que cada madre es.
Acompaño al DESEO de la Madre, que es el único
EL único lugar saludable para el niño.
 
Porque juzgadas, entregadas, enojadas las madres no maternamos.
Estamos atentas al afuera o peleando por sostener un adentro que al final también es lucha solo que disfrazamos como «consciencia».
 
Me ha costado años, muchos años llegar a este lugar habiendo atravesado todos los paradigmas.
No permito que ningún espacio me diga lo QUE TENGO que hacer.
Ni qué es lo mejor para mi hija.
Pero si abro mi corazón a escuchar todas las experiencias que quieran compartirme. Todas las visiones posibles. Y con eso elaboro mi propio espacio para acompañarla.
 
 
Así que desde ahí
Desde esa visión
Es que acompaño
Es que te acompaño.
Eso es lo que puedo ofrecerte.
Abrir territorios
Observar desde muchos ángulos diferentes.
Abrazar lo que consideramos oscuro.
 
Y avanzar
A ser la madre auténtica.
No la que dicen los gurús que tienes que ser.
A que seas Tú.
Porque tu hijo te ha elegido así, con lo que traes para que evolucionen los dos juntos.
A eso te acompaño,
A que andes tu propio camino de Transformación guiada por lacrianza
A que Florezcas
 
Te espero con el corazón abierto
 
Andrea Diaz Alderete
www.conscienciamadre.com
 
Foto: transformación y florecimiento @consciencia_madre

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