Desde hace unos poquitos meses y casi sin pensarlo, antes de cada sesión de Sanación Energética con Liberación del Pericardio conecto con alguna medicina: hierba, árbol, aceite, flor, cristal, o elemento de la naturaleza, que me acompañará a ingresar en el campo energético de la persona que viene y que será útil (si esa palabra se puede usar en estos casos) durante el proceso que llevaremos adelante.
Mientras preparaba la camilla para esta sesión de una mujer que vive en Argentina, me invadió un intenso aroma a naranjas. Fui a la búsqueda de las cáscaras de naranjas colgadas en esa cuerda que desde hace varios meses me acompaña a secar las medicinas que voy encontrando en mis viajes, en mis paseos; suelen ser plantas que me llaman la atención y que recojo con mucho respeto, pidiéndole a la Pachamama su bendición y contándole que las usaré para el mayor bien.
La mayor parte de las veces no sé para qué me servirán, como cuando recogí el orégano en flor del Cabo de Gata que ahora me resulta esencial para limpiar los campos energéticos muy contaminados. Otras sé que las usaré muchísimo como cuando recojo las lavandas en cada primavera para preparar atados que al quemar cerrarán campos donde ha hecho falta limpiar mucha energía mental. Es una investigación abierta, que amo, que disfruto y que surge así, espontáneamente y justo por eso me resulta ligera y bella.

El caso es que al iniciar esta sesión mientras preparaba la camilla me invadió el aroma a naranjas. Esas cáscaras, sagradas para mí, vienen de la casa de una amiga chamana. Están impregnadas de la magia de una reunión de amigas al sol, compartiendo la fruta recién cortada del árbol.
Yo que soy una recolectora me traje naranjas desde Cantabria, además del corazón lleno de gozo porque sabía que esas cáscaras iban a ser parte de la medicina.

Al iniciar la sesión, el aroma me llevo a Granada, a la abuela dolorida por haber sido arrancada de su tierra y vivir en la soledad de una patria que nunca reconoció como suya.
La rabia y la falta de gozo estancaron a sus descendientes y ahora la mujer de la camilla pedía liberar eso que ella llamaba un «ancla».
La danza silenciosa de las células y la información que llega a veces es una constelación familiar, a veces toca escuchar el dolor de las/os ancestras/os y permitirles liberar sus cargas, como está abuela que terminó danzando con flores de azahar en su cabeza.
El dolor de un arrancamiento, de la salida de su lugar de origen y la sensación de hostilidad en el nuevo lugar donde esta niña/abuela se instaló la llevaron a encriptar mensajes que fueron incorporados en sus descendientes como mandatos, que se instalaron como lealtades en la primera generación y que en la siguiente sólo se perciben como esa ancla que no permite el disfrute.
Mi consultante venía con un asunto claro, el no poder salir de una situación que la mantiene «anclada» desde hace mucho tiempo. Es algo que no le ofrece disfrute y en cambio su labor cotidiana es sacrificada, áspera y con pocas recompensas. El mandato de la abuela es claro, no se goza, la descendencia tiene que estar unida al dolor del arrancamiento y leal para pertenecer al clan y resulta muy complicado moverse hacia lo nuevo.
Ese mandato está inscrito en las células, cómo en las nuestras donde conviven muchas de las historias de los que nos precedieron y que a veces toca liberar.
Ahora llega el tiempo de la integración, de dejar que este movimiento en sus células se instale suavemente, ya saben, los tiempos de la materia son lentos pero contundentes. Seguiremos trabajando en esto mientras esta mujer recoge en el camino las experiencias que le permiten moverse ya más libre hacia lo que de verdad le da sentido a su vida y hacia los lugares que su alma elige para sentirse expandida.
No es que en todas las sesiones de Liberación de Pericardio aparezca la oportunidad de liberar una carga ancestral, pero es un asunto que al menos a mí, me aparece con frecuencia, y que suele ser precioso de acompañar. Aquí se los comparto con profundo respeto a esta historia, a la familia y con el consentimiento pertinente.
Gracias a mi consultante Ana por su entrega, su confianza y su búsqueda incansable de si misma. Gracias al Corazón que guía siempre con fuerza y certeza llenando todo el campo de amor.
Con infinito agradecimiento
Andrea
Sumaq Sonkoy
Sanación-Chamanismo-Arte Ritual
✨Sanación Energetica con Liberación del Pericardio
✨Sesiones a distancia
✨Presenciales en Navalafuente, Madrid
Hoy recupero este escrito en homenaje a la bella mujer chamana, dueña de las naranjas a la que fuimos a visitar guiadas por una fuerza poderosa el 1 de marzo de 2025 y que en estos días se está despidiendo de su cuerpo. Feliz viaje Ana del Mar, tu legado perdura en todos los que recibimos tu amor y tu sabiduría.
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Publicado originalmente el 18 de marzo de 2025 en mi cuenta de IG @consciencia_madre
Revisado y ampliado el 7 de abril de 2025
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