¿Cómo es que no podemos hablar de los niños más que en términos de calificaciones, banderas, títulos, números y rendimientos?
No hablamos de lo que nuestros hijos sienten, disfrutan, aman, ríen.
Hablamos de cuánto de buenos hijos son, nos emocionamos con sus menciones honorables, nos felicitamos entre nosotros.
¿Y sabemos qué sienten?
¿Sabemos si sienten algo más que la necesidad
de ser reconocidos desde afuera
puesto que casi ni se conocen (no les conocemos) desde dentro?
De verdad podríamos empezar a replantearnos en profundidad a qué van los niños a la escuela.
Replantearnos el nivel de domesticación que tenemos los adultos; lo que esperamos que los niños aprendan.
Preguntarnos qué es el aprendizaje y básicamente de qué sirve.
Las necesidades de quién son satisfechas en esto espacios.
palabras como:
Excelencia
Calificaciones
Deberes
¿A quien le son funcionales?
¿Qué tipo de niños estamos educando?
¿Estamos educando??
¿Qué es eso de educación pública?
¿Qué significa que el sistema nos dice lo que lo niños TIENEN que saber y aprender?
¿Estamos dispuestos a DESPERTAR y asumir la responsabilidad de pensar por nosotros mismos?
¿O todavía seguimos con las secuelas de nuestra propia crianza-educación-domesticación que no nos deja ni siquiera plantearnos alternativas mas acordes con la naturaleza de los niños?
¿De verdad creemos que ese montón de contenidos absolutamente inservibles (los mismos de hace 10, 20, 30 o 60 años) pueden ser útiles a nuestros hijos que viven en este mundo que cambia a cada instante?
¿No sería más interesante acompañarlos para que no pierdan el coraje, la fuerza, la curiosidad, las ganas de aprender de todo; para que el autoconcepto sea cada vez más fuerte, para que enrraicen en sus verdades, para que confíen en su instinto, en su naturaleza? Y así con esa mochila bellísima puedan algún día crear sus propios caminos cuando llegue el momento.
¿Qué puede haber de interesante en estudiar una carrera que ni siquiera entienden, seguir al profesor absolutamente desconectado de si mismo (la gran mayoría, asi estamos los humanos en general), un espacio que genera autómatas que sólo son útiles al sistema?
Cabría empezar a preguntarnos hasta cuando vamos a permitirlo.
Y cómo es que ni siquiera nos damos cuenta.
Hora de pensar.
Hora de Hacer camino Interior.
Andrea Diaz Alderete
Consciencia Madre
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