En la escuela me exigen que le quite el pañal

control esfinteres

Hoy estoy indignada, vengo indignada.

Me ha pasado al leer las opiniones de un grupo de madres en torno a la obligación que imponen algunos colegios de que los niños han de entrar al espacio escolar con ¡3 años! controlando esfínteres.

Los niños aquí en España empiezan educación infantil a los 3 años, aunque no es obligatoria hasta los 6. Cumplen 3 años en el año de la escolarización, es decir hay niños que cumplirán 3 en diciembre e ingresan a la escuela en septiembre. A estos niños la escuela pública y todos los concertados y privados que conozco, incluso las escuelas que funcionan como cooperativas “supuestamente” más respetuosas que he conocido de Madrid exigen a los padres que el niño ha de llegar sin pañales a la escuela.

Las razones serán de peso para la administración y el sistema. Que no hay suficientes maestros, no se pueden pagar más, que ya suficiente tarea tiene un maestro cuidando a 29 (o 15, o 20, o 24) niños.*

Esto que es una enorme injusticia para los pequeños, puede ser evitado. ¿Cómo? Pues no enviando al niño al colegio hasta que controle los esfínteres o buscando un espacio profundamente respetuoso, de esos que SI EXISTEN.

¿Es una decisión difícil? Si, muy difícil, hemos de cambiar la dinámica del hogar, hemos de organizarnos de otra manera, hemos de hacer malabarismos con el dinero…hemos, hemos, hemos. Os diré que no es imposible, muchas, muchísimas familias lo hacemos.

Pero entonces si quitamos el pañal ¿qué nos estamos jugando?

Muchísimo: La maduración normal de un sistema que es fundamental para nuestro hijo. El control de esfínteres es algo que habla de control, los niños sólo pueden controlar dos cosas desde que son pequeños, los alimentos que ingresan a su boca (eso si no les obligamos a comer) y el qué, cómo y dónde han de hacer pis y caca. Por tanto involucrarnos en un proceso tan íntimo es sumamente perturbador y saca a los pequeños del registro de sus ritmos.

¿Qué consecuencias puede traer? Muchas, pero la más importante es la enuresis, es decir que el niño empiece a hacerse pis digamos que en un año, dos o tres, o incluso cuatro. Es más, a los grupos de crianza vienen mamás con niños que NUNCA han llegado a controlar esfínteres, algunos de día, otros de noche. Cuántas historias dolorosas de niños que sufren enormemente cada vez que el pis moja sus piernitas, o cada vez que se levantan por la mañana y descubren que, otra vez, se han hecho pis. ¡Cuánto dolor en nuestros hijos! Sin hablar de las fiestas de pijamas a los 7,8, 9 y más años a las que no han de ir, o las veces que no podrán quedarse a dormir donde sus amiguitos.

El control de esfínteres es un proceso madurativo, se está preparado o no se está preparado; no hace falta que enseñemos, nos involucremos, instruyamos o vayamos observando para saber cuándo sacar el pañal.

El niño que está preparado deja de mojar el pañal y un día se lo quita. Pero…¿cuándo? Justamente cuando sus neuronas han hecho las conexiones adecuadas para enviar una señal a sus músculos y ellos puedan percibir y ordenar lo que sucede por allí abajo. Por tanto, un niño habla, gatea, camina y controla esfínteres cuando está preparado, nunca antes. Y lo normal es que espontáneamente sólo sea entre los 3 y 4 años, sin intervención, sin saltitos de alegría, ¡sin qué biennnn pero qué mayor eres! Sólo excepcionalmente un niño menor de 3 controla espontáneamente, lo he visto y lo veo.

Ahora bien, somos los padres quienes hemos de tomar la iniciativa y la decisión de respetar los procesos más importantes en la vida de nuestros hijos. Quizás esta decisión pueda afectar su vida durante muchos años…por tanto no es una decisión a la ligera.

Como siempre desde la consciencia os invito a que reflexionéis y toméis decisiones conociendo las consecuencias. ¿Que no podéis hacer otra cosa en este momento? pues armaros de paciencia y sabed que si los problemas llegan, habréis de enfrentarlos con valentía asumiendo la responsabilidad de haber forzado un proceso en un niño que ha gastado muchísima energía diariamente en controlarse (la energía que tenía disponible para jugar, divertirse, correr, ha sido un esfuerzo tremendo). Por tanto acompañad esos pises nocturnos y esas sábanas mojadas con amor, con respeto y profunda entrega, asumiendo lo que os toca, y sin culparlos a ellos, que no han sido en absoluto responsables.

Y ahora os digo a todos los que pensáis que los niños DEBEN controlar los esfínteres, que esperemos a que seáis viejos, y que cuando os estéis meando nadie os pida que intentéis controlar, que nadie os diga ¡no te lo hagas encima! Seguramente correréis con suerte, seguramente tendréis entendimiento, pobre es viejo/a dirán algunos…pues os pido lo mismo para los niños…POBRES NIÑOS…SON PEQUEÑOS.

 

Andrea Díaz Alderete

Consciencia Madre

*Esto de por sí ya es alarmante y requiere un post sobre cómo es que los padres pensamos que están nuestros hijos después de compartir jornada con otros 28 compañeros.

 

 

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