Esa era más o menos la pregunta hoy en la consulta.
Que poderoso este niño, que cosa tan preciosa.
A veces sin ver puedo sentir eso que el niño trae a través de su mamá.
Y puedo ver a su mamá intentando acercarse a decirle que quiere compartir con el.
Y puedo verla luego de dos minutos diciéndole claramente lo que debería o tendría que hacer con esa situación.
Juzgándole.
Y puedo ver la desconfianza de ese pequeño.
Porque cada vez que deja que mamá entre en su territorio tierno.
Recibe un juicio.
¿Cómo acercarme a un niño que no me deja acercarme?
Sólo amando
Sin palabras a veces.
Reconociendo que no puedo dejar de juzgarle.
Sintiendo el dolor que el siente cada vez que tiene que sacar sus pinchos para defenderse.
¿Podemos ver qué debajo de esos pinchos de Fuego nuestro hijito está triste?
¿Siente dolor?
¿Se siente solo?
¿Sólo que ya no se acuerda muy bien, no puede reconocer esa emoción más blanda?
Hoy tiene 9 años y desde hace tiempo sólo usa la guerra para sobrevivir.
El grito.
El llanto.
Y ahí abajo se ha ido quedando escondido el dolor.
¿Y si sólo intentáramos abrazar?
O mejor aún
¿Si solo intentamos mirarle un ratito, pasar a su lado y del centro del pecho sacar un «Te amo hijo», aunque sea un Te amo silencioso, apenas audible?
Y si cada día solo pudiéramos un minuto, un instante ofrecerle el corazón.
Sólo el corazón.
Quizás con el tiempo
Este pequeño puede empezar a confiar.
A confiar en que SIENTE que mamá le ama.
Que siente que mamá ahí anda.
Que algo va cambiando.
Y quizás entonces.
Podamos abrazarle.
Podamos encontrar el hueco en nuestro cuerpo para recibirle.
Y con el tiempo hablar.
Pero mientras eso sucede.
Intentemos ver a ese niño triste y dolido.
Debajo de la armadura guerrera.
Sintamos compasión por su dolor.
Que es un pedazo del nuestro que está escondido tras nuestra propia máscara.
Sólo intentemos.
Sólo al paso.
Mientras juega en su cuarto detenernos un instante y mirarle
Y amarle.
Como cuando estaba en nuestros brazos de bebé
Como cuando el cuento de su fuerza todavía no nos limitaba.
Sólo amarlo.
Sólo un instante.
Sólo amarlo.
Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
8 de junio 2018
(revisado y publicado 9 de junio 2020)
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