Nuestros cuerpos son el canal por el que nuestro Ser transita esta tierra
Deberían ser flexibles.
Deberían acompañarnos a nuestros deseos más profundos.
Nuestros cuerpos deberían caminar sin impedimentos.
Nuestros cuerpos deberían moverse en libertad.
Nuestros huesos sólo deberían ser estructuras sostenedoras donde depositar la confianza en la no-caída.
Nuestros pies deberían estar asentados firmes en la tierra.
Nuestras espaldas deberían ir gráciles sin estiramientos extremos y sin dobleces cargantes.
Nuestros cuerpos son canales.
Y ahí encerramos todo.
Todo lo que no nos permitimos ser queda atrapado en esto que si permitimos guiados por las creencias y la crianza que hemos tenido.
Un fuego inmenso se teje en el caldero de cada mujer.
La Creación completa está allí en nuestro centro palpitante
Y nos empeñamos en esconderlo.
En no sacar nuestras potencias porque de veras que hemos sido educados todos así.
Ser fuego, ser agua intensa y caliente es malo y la voluptuosidad está prohibida excepto en la intimidad, para algunos.
Y
¿Por qué si eso Soy tengo que reservarlo, guardarlo o esconderlo?
¿Qué siente un cuerpo escondiendo su potencia?
¿Cómo se tapa un mar inmenso?
¿Un deseo profundo?
¿Cómo se convive con el caos interior que es agua y fuego revolviendo las entrañas?
¿Cómo se armoniza semejante mundo para no destruir con el?
En noches intensas de pensamiento y sentir me pregunto
¿Cómo se puede sentir intensamente tan intensamente que duela y mantener la calma?
¿Cómo poder unir el caos con la paz?
Y me viene el cuerpo…
El cuerpo como vehículo de intensidad profunda.
Ya no carcelero.
Sino pájaro de alas grandes expresándolo todo.Que cuando la intensidad y el deseo sean tan enormes que nos ahoguen.
Venga el cuerpo a mover los océanos.Y que por cada poro de nuestra piel se destile, se entregue a la transmutación del sudor todo aquello que no ha tenido cabida jamás en nuestra vida.
Después del caos puesto en el cuerpo, la armonía brilla sola.
¿Cómo armonizar el caos nos preguntábamos anoche con mi hermana-bruja?
Aquí mirando la lluvia por mi ventana caer, sólo me nace una palabra…
BAILANDO…
Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
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