Una escuela no ES nunca lo que DICEN sus principios
ES lo que SON sus acompañantes.
Puede que una escuela convencional, y que el maestro que le ha tocado a tu hijo pueda abrir los espacios internos tanto que tu hijo se sienta acogido, amado, sentido, entendido y sostenido a lo largo de la jornada.
Puede que ese maestro esté en un proceso profundo de introspección re-descubriéndose en lugares de sus propias violencias y re plantándose todo lo que le ocurre con los niños que tiene a su cargo.
Puede que ese espacio sea una escuela convencional, pero sin duda es un lugar de alta confortabilidad para un niño.
También puede pasar que la escuela se llame libre y alternativa.
Y que los acompañantes estén totalmente unidos a la nueva doctrina, conozcan a la perfección la forma de acompañar, pero discursen y normalicen todas las situaciones a las que el niño está expuesto.
Que no haya brazos amorosos que lo contengan.
Que se mentalice y no se sienta.
La familia será clave aqui. Sosteniendo, acompañando, abrazando todos esos espacios amorosos que el propio espacio no puede brindar; casado ya con la mente que es la que dice lo que tiene que hacerse, más que roto en emoción que es lo que el niño normalmente muestra.
No señor.
No se trata de espacios.
Se trata de las personas, del trabajo interno, de la transformación a la que cada Ser que desea acompañar se anime, se lance y se sumerja.
En todos los casos, sea convencional o alternativo, la primera fuente de contención es la familia.
Ya puede ser el espacio hiperrespetuoso y amoroso, que si el niño no va sostenido, algo no funcionará.
Reflexionemos, porque de veras que nos encantan las doctrinas.
Andrea Diaz Alderete
Consciencia Madre
Foto: Sembrar, con amor y paciencia. @consciencia_madre