¿Mujer o Madre?

¿Quién es la madre que somos?
¿En que se diferencia de la mujer que deseamos ser?
¿Dónde se queda la trabajadora, artista, deportista, ejecutiva, científica, profesional?
¿Donde se quedó la mujer sexy que fuimos?
¿Donde está esa OTRA mujer que tanto añoramos cuando criamos?

Estamos profundamente divididas.

Hay una consciencia de polaridad profunda

Si eres madre NO puedes ser mujer

La Luna que protege y nutre, da seguridad, no puede convivir con la Venus deseante que solo piensa en si misma y en su placer.
Dos lugares separados.
Dos campos energéticos diferenciados.

Y en el centro nosotras.
Tironeadas por esos dos lugares (o tres o cuatro) tratando de ser una cosa o la otra.

Un conflicto constante que nos ataca todos los días, que nos confronta con la realidad. Un malentendido de nuestra mente habitual que ha aprendido a escoger entre dos caminos, que ha aprendido que Necesita Elegir.

Y las madres que somos, las que deseamos con el alma acompañar, las que sentimos que podemos, que nos desgarramos y seguimos pudiendo, muchas muchas veces postergamos.
Y postergamos a la mujer, al deseo, a las ganas de abrir ese territorio que a veces ni siquiera sabíamos que existía y que se ha despertado en este puerperio, en esta crianza de dos hijos, en esta vida que se abre ante nuestros pies, ante estos pechos llenos de leche, ante estos fulares, estos mocos, estos gritos, estas risas, estas caricias. ¡¡¡La vida!!!

Y ahi el conflicto de a quién nutrir?
¿Al hijo que nos NECESITA
o a la mujer que DESEA?

Ciertamente parece una situación complicada, parece que alguien debe quedar fuera.

 

Llevo muchos años explorando esta dualidad. No sólo explorándola en mi sino acompañando a muchas, muchas mujeres en ese tránsito. Desde noviembre de 2017 que es cuando escribí la primera versión de este artículo, hasta ahora que lo releo y estoy actualizándolo en el verano de 2022 mucho he aprendido, transitado, transformado en mi forma de ser madre y mujer.

Las preguntas de aquel entonces eran más o menos asi:

¿Cómo ser mujer deseante y madre chorreante?
¿Cómo ser madre de un hijo recien nacido, y madre de un niño de dos que exige desde su necesidad de ser reconocido como niño pequeño también?
¿Cómo ser madre y ser compañera?
¿Cómo ser madre y ser MUJER; MADRE; MADRE DE DOS; TRABAJADORA?

Sin dudas no es sencillo, me decía.
El mundo dividido, y la mayoría de las veces alguien pierde.

Es una lucha -me decía-.

Gana el niño que se queda adentro y pierde la mujer que guarda su deseo y acrecenta cada día su frustración.
O gana la mujer que siente que puede desplegar y el niño se queda más afuera sintiendo que NO ES PARTE.

Es duro esto, me decía,  lo conozco de primera mano.

Un proyecto, un hermano, un deseo siempre lucha -me repetía- por el espacio que tenemos disponible con el niño que tenemos enfrente.

Y seguía preguntándome

¿Cómo hemos de convertirnos en esa mujer que no sea tironeada

sino más bien que junte sus dones,

su Luna y su Venus y críe deseosa, amorosa y con fuerza?

 

Un reto -me contestaba-.

Y ya intuía que sólo el río emocional, la ruptura de todos los diques nos ablandaría para ser todo eso sin frustración.

Y no seremos ESO que PENSAMOS -decía-

sino más bien una nueva creación que nacerá

de esta tierra fértil que

hemos regado con las lágrimas del

¡¡¡NO LLEGO!!!!

 

Con la sensación de querer y no poder y seguir intentando.

Con los recursos mil veces explorados, y vueltos a intentar.

Con el abrazo de las hermanas que también crían y miran,

crían y se miran, crían y les miran a ellos.

 

Con todo eso.
Y con más que ni siquiera conocemos.

Que está escondido en ese rincón fértil que es el vacío, el vacío de aceptarnos como LIMITADAS para ser ILIMITADAS.

Sigamos intentando, las invitaba.
Estamos en una nueva era.
El cielo nos acompaña.

 

Ahora cinco años después releo este artículo, me veo en mis palabras, puedo sentir todas las emociones de ese entonces y comprendo que en estos años todas esas preguntas y dudas se han diluido.

Y el primer paso y el decisivo para que eso sucediera ha sido el DARME CUENTA de que no hacía falta una lucha.

No hacía falta un conflicto con el OTRO, con el otro que yo percibía como el enemigo que competía con mi deseo.

Ni con el niño que nacía, ni con el primer niño cuando llegaba el segundo, ni entre la maternidad y mi trabajo.

No hacía falta luchar contra mí misma, que ese era un patrón antiguo de mente infantil, de niña pequeña luchando constantemente.

Comprendí que esa lucha se llevaba tantísima energía diariamente, que aprendiendo a acomodar esa energía en el presente, milagrosamente se abrían nuevos territorios para poder Estar, Ser y Disfrutar.

Un poquito de todo, a ratitos de cada cosa, y siempre con una Consciencia profunda de lo que significa Elegir sin Frustración.

Y que por supuesto, tal como lo intuía en 2015, han hecho falta toneladas de Agua blanda, de dulzura y compasión hacia mi misma.

Ha hecho aflojar la rigidez, bajar el control, la necesidad de hacerlo todo bien.

He tenido que ablandar mi Tierra a base de Agua de conexión, a base de disfrutarme en mi cuerpo, a base de danzar y habitar toda mi materia. He tenido que mirar mis circuitos neuronales rígidos y antiguos que seguían comandando mi existencia con emociones que rompían mi bienestar.

He tenido que transformarme en la Madre de mi propia existencia, en la dice Si o No según siente.

En la que se abraza y se cae, pero se levanta.

He tenido que dejar caer finalmente las corazas y abrir grande, grande el corazón, y dejar que de ese corazón manara la energía para calmar todo mi sistema límbico acostumbrado a luchar por todo, a entristecerse por muchas cosas. 

Ha tenido que surgir la Magia, y de allí surgió la belleza, el espacio donde puedo ser madre, donde puedo trabajar también, donde puedo ser mujer, donde puedo escuchar, donde puedo acompañar no sólo a mi familia, sino a todas las personas que se acercan a los espacios de Consciencia Madre. Siii, tal como mostraba la carta que salió entonces, ha llegado la Magia, la encarnación del Femenino que Sostiene y la Reconstrucción del Masculino herido que ahora Hace.

Ha llegado la MAGIA

 

Andrea Diaz Alderete
Consciencia Madre

Publicado el 29 de Noviembre de 2017, revisado y actualizado el 23 de Junio de 2022

 

Esta es la carta que ha salido de mi baraja del Buen Viajero cuando le he preguntado
¿Cómo lo logro?
¿Cómo puedo ser la madre menos polar y mas Yin sin perder mi LUGAR DE DESEO?

Paciencia: No hay que desconfiar del Potencial para la Magia que tiene la paciencia.
La paciencia implica calma, descubrir el momento justo para actuar y confianza en el devenir.
Representa firmeza SIN TENSION.
TENER FE.
FEMENINO; PURO FEMENINO.
TENER FE EN EL FEMENINO ESCONDIDO.

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©Todos los contenidos de esta publicación son propiedad intelectual de Andrea Diaz Alderete y Consciencia Madre. www.conscienciamadre.com.

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